sábado, 12 de marzo de 2011

la ley de la manda

1. El Lobato escucha y obedece al Viejo Lobo.
En la selva, el Viejo Lobo en inteligente y sabe lo que es mejor para tener éxito en la caza, por tanto, todos los Lobatos lo obedecen siempre con preontitud; aun cuando el Viejo Lobo no esté presente, los Lobatos obedecen sus órdenes, pues es el deber de cada Lobato en la Manada jugar el juego honradamente.
Y así es en nuestras Manadas. El Lobato obedece las órdenes de su padre, de su madre o su maestro; véanlo o no lo vean se puede tener confianza de que él siempre hará cuanto pueda por satisfacer los deseos de sus mayores.

2. El Lobato se vence a sí mismo.
Cuando el lobo pequeño anda tratando de cazar una liebre para comer, o para su manada, puede encontrarse cansado y desea suspender la caza; pero si él es un buen lobo no piensa en sí mismo y continúa la caza hasta el final; hará cuanto pueda insistiendo una y otra vez. Al final se dará cuenta de que la liebre está tan cansada como él mismo y obtendrá su comida.
Lo mismo sucede en nuestras Manadas. El Lobato puede tener una tarea señalada, por ejemplo saltar o aprender a nadar; la cual tal vez le parezca difícil o cansada y si pudiera hacer su voluntad le gustaría no hacerla. Más como el Lobato no se escucha a sí mismo, continuará haciendo lo que se le ha mandado y ensayando una y otra vez; hará "cuanto pueda" y al final obtendrá éxito.

Cuando regreséis a casa, tratad de recordar las cosas que habéis aprendido, pues, como Lobato deberéis practicarla constantemente.

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